5 de noviembre.- A esta hora de redactar un breve resumen de la jornada no había nada para nadie.
Millones han salido a votar; se suman a los 75 millones que ya lo hicieron anticipadamente.
Las opciones son el republicano Donald Trump y la demócrata Kamala Harris.
Hoy se habla que el apoyo de personalidades a uno o a otra , será decisivo.
Las encuestas advertían de un final fotográfico por lo cerrada de las tendencias .
Los analistas, en especial lo más prudentes e imparciales, pedían mesura, paciencia .
Se está ante una votación copiosa, pero también indefinida.
Es una jornada electoral muy dividida, pero que define varios destinos, no sólo de Norteamérica .
Washington , como nunca, amurallada entre incertidumbre, preocupación y paranoia.
Calles blindadas, como blindado el Capitolio ; la Casa Blanca doblemente cerrada. Como nunca.
Cientos de vigilantes, negocios con protección para evitar daños por disturbios.
La precaución nace ante la postura de Trump, que ha esgrimido el discurso del “fraude”.
El empresario ha dicho que en caso de que salga derrotado , no reconocerá los resultados.
Se teme que sus seguidores agraven sus protestas, como sucedió hace 4 años en el Capitolio.
El interés de muchos se centraba por la noche en estados decisivos , donde hay votantes latinos y estos serían claves en un triunfo.
Ese el caso de California y Texas donde pese a los insultos a la comunidad, este sector le ha dado el voto a Trump.
El voto femenino, a su vez, inclinaría la balanza a favor de Kamala.
Sobre la seguridad el FBI advertía de posibles ataques cibernéticos.
Las fiscalías a su vez acordaron tolerancia cero con la violencia; por ello la Guardia Nacional seguía en alerta.